viernes, 11 de noviembre de 2016

FRAGMENTOS DE ENRIQUE PÁEZ

La otra vida

Cada día, cuando se despierta, Bruno Avendaño, un profesor de autoescuela casado y con dos hijas, descubre que se ha convertido en una nueva persona: un adolescente de 16 años en conflicto con su primera novia; una anciana huraña encerrada en un asilo; un inmigrante sin papeles en una chabola de las afueras; un enfermo terminal en el pabellón de oncología; una violinista en una orquesta de cámara centroeuropea... Cada día, antes de desayunar, Bruno se entera por la decoración del lugar, el interior de los armarios, y los datos que le ofrecen los que le rodean, de quién es él en cada ocasión; y no le extraña que nadie se extrañe, porque todos andamos medios dormidos nada más despertarnos. Bruno ya está casi acostumbrado. Siempre ha sido así, aunque nunca le ha tocado ser Bruno, profesor de autoescuela. Y nadie lo sabe, excepto su mujer y sus hijas, con las que se encuentra cada noche, cuando está dormido.

Historia de amor

Aquella ballena se enamoró del hidroavión que llevaba y traía cartas y alimentos a los científicos de la base austral. El hidroavión no dijo nada, pero a su manera también la amaba. Andrew Schultz, el piloto, dijo que no lo sabía, pero tras el accidente, ya en el hospital, horas después de que un helicóptero lo rescatara de entre los pingüinos, jura que vio a los amantes danzando felices bajo el iceberg.

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